Desarrollo espiritual y afectivo: • Cristo es el Padre y el fundamento de la Iglesia, por eso hay que darle gracias, alabarle y glorificarle. • Los sacramentos son la expresión del amor de Dios en la vida cristiana, el acercarse a ellos indica la necesidad y el compromiso de los hombres con Él. • La acción del Espíritu Santo genera en los cristianos actitudes de renovación y compromiso, pero al mismo tiempo paz, alegría, tranquilidad y amor. • La presencia de Jesús y Maria en cada actividad del grupo permiten experimentar completamente la paz, la misericordia y el amor maternal de Dios. • Todos los comportamientos, actitudes y virtudes propias dentro y fuera del grupo deben siempre estar a la luz del Espíritu Santo y el Evangelio, y de la mano de la Santa Madre Iglesia. • La familia es signo y resultado del amor que Dios profesa a toda la humanidad, de ahí que se deban hacer esfuerzos por unificarla, defenderla y fortalecerla.
Proyección psicosocial del grupo: • Cuando se toma conciencia de las virtudes que Dios a través del Espíritu Santo ha puesto en cada uno, se genera el compromiso de buscar la forma de ponerlos en función del desarrollo personal y comunitario. • La fraternidad es la esencia que consolida e invita a la juventud de la C. M. A. a la integración al grupo, promoviendo así la unión comunitaria. • La pertenencia a la C. M. A. lleva a que, mediante el trabajo pastoral y la participación activa en las actividades de la comunidad, cada persona se comprometa a ayudar en su desarrollo social y comunitario.Etiquetas: Sabor a Cristo |